lunes, 29 de septiembre de 2014

La miseria. Parte 1.

  El hombre se volvió miserable desde que supo que jamás estaría completo otra vez, desde que perdió y entrego su alma a los dogmas de este mundo, la religión, el miedo, la política volvieron al hombre un ser que no hace más que llenar un vacío tan grande como el universo mismo.

  Ese vacío que fue creado por Dioses erguidos por los mismo hombres por el miedo de ser ellos superiores para poder así adorarse a ellos mismo sin saberlo, alaban a Dioses de papel mache y cartón adornado de colores de fantasía, adoran mentiras para satisfacer el deseo que tienen por sentirse menos miserables, menos pequeños, menos solos, menos seres humanos.

  La miseria se volvió parte de nosotros y la hemos intentado llenar con arte, música, literatura, cine y amor, este último a sido nuestro recurso más utilizado a la hora que querer llenar el vacío que sentimos en nuestro interior que nos hace desear más, que no nos deja dormir bien, que impulsa nuestras vidas, queremos suplir ese deseo incesable de carencia que tenemos con cualquier fruslería barata que nos vendan: amistad, caridad, amor al prójimo. Nos venden una cura que ni ellos comprarían, pero eso no significa que yo no crea en el amor, si no más bien que lo encuentro insignificante y bastante doloroso por eso lo ignoro, hasta que se convirtió en parte de mi vacío.

  Mi vacío, ese espacio creado una noche que no recuerdo por un hombre que no conozco, pero que vi en sueños, que me trataba cual mariposa y a pesar de jamás tocarlo podía sentir el calor de sus brazos rodeándome y el olor de su perfume entrando a mi sistema.

 Cabello claro, ojos detrás de unos lentes sé que son gentiles, en los labios siempre una sonrisa con esos dientes perfectos, una voz algo grave pero dulce al decir mi nombre, alto, delgado y de piel clara.  Es una persona totalmente ajena a mis gustos pero que en dos noches simplemente congeló mi corazón, impidió que latiera por alguien más que no fuera él, no me dejó respirar sin dedicarle a él cada suspiro, mi mente se inundó con su fugaz recuerdo como si de veneno se tratase, lleno casa fibra de mi ser que yo no podía andar si no era para buscarlo a él. Sé que suena un poco exagerado pero así fue, simplemente después de dos noches soñandolo fue suficiente para que me infectara como un virus y se apoderara hasta del último nervio de mí ser.


  He aquí la miseria de mi propia alma....

El por qué de todo.


   Buenas, me quiero presentar. Soy Antonia, creadora de muchos relatos que nadie conoce y vi que ya era hora de poder sacar ciertas cosas a la luz y que la gente en realidad interesada tenga la oportunidad de leerlo y si tiene suerte hasta de disfrutarlo.

   No haré promesas falsas ni esas mierdas que no son mi estilo, prefiero ser sincera y decir que intentaré al menos subir una entrada por semana y sin ningún aviso previo, soy más del tipo independiente, así a los interesados tendrán que estar atentos a cada actualización.

   Dudo que haya semana en la cual no suba nada, así que si pasará podréis castigarme como os plazca (haced volar vuestra imaginación pero sin guarradas).


   Eso sería todo.

       Nos leemos muy pronto mis queridas ratas.